Para personas como José Luis Cerveto, la escritura, el hecho de escribir, de expresar por escrito aquello que necesita absolutamente ser dicho y revelado, ante todo a sí mismo, y por tanto de cierto modo ser liberado, una Autobiografía y un Diario constituyen prácticamente su razón de ser, diriamos incluso su única posibilidad de ser, de seguir siendo. En especial si, como él, se expresan, hablan, escriben y, sobre todo, piensan desde una de esos lugares que, al igual que los manicomios, estan destinados a acabar de una vez con la entidad, sea cual sea, de todo ser humano: la cárcel. Dar la palabra a aquel a quien no sólo no se atribuye posibilidad alguna de expresión, pues está de antemano condenado al silencio del "mal", sino también a quien, precisamente por ejercer ese "mal" sin arrepentimiento, no se otorga jamás este derecho, suele suscitar cierta inquietud en los más tolerantes y siembra abiertamente el terror y la repulsa entre aquellos que creen detener las Verdades del Bien.
Como hoy en España casi todo el mundo sabe, en particular gracias a la excelente película El asesino de Pedralbes, José Luis Cerveto, nacido en Alicante en 1939, tras una infancia, una adolescencia y una juventud marcadas por el estigma de inclusas, reformatorios, correccionales y cárceles, comete un dia de mayo de 1974, en el lujoso barrio barcelonès de Pedralbes, un crimen "monstruoso", realmente a la altura de un
personaje criado en este perfecto caldo de cultivo del "mal". Este acto, por cuyas motivaciones su mismo autor sigue interrogándose hasta hoy, ejerció sobre esta vida destinada a sofocar en la nada, el efecto de un exorcismo. Podría decirse que tuvo que matar para poder hablar y ser, por fin, escuchado. Esto bastaría para revelarnos nuestra propia capacidad de sordera ante todo aquello que nos incomoda saber.
Ana Basualdo, periodista argentina de 33 años, colaboradora durante 7 años de la hoy desaparecida revista "Panorama" de Buenos Aires, afincada desde hace 3 en Barcelona, desde donde colabora en publicaciones como "Triunfo", "Opinión"
"Bazaar", "Por favor", "El Pais" y "Play Boy", fue la primera persona que no sólo no se negó a escuchar, sino que empezó. evitando todo el sensacionalismo que rodeó el caso del "asesino de Pedralbes", a recopilar documentos, escritos. declaraciones y finalmente, los textos más íntimos de José Luis Cerveto para poder crear, al fin, las condiciones necesarias para que este hombre, que habla desde el otro lado de nuestro espejo, pudiera asumir públicamente sus propias palabras.