Los libros de Stephen Jay Gould pueden parecer, a primera vista, colecciones de ensayos amenos sobre aspectos curiosos de la naturaleza. Este, por ejemplo, arranca del misterio que encierra la aparente sonrisa del flamenco (un ave que se alimenta con la cabeza hacia abajo) y acaba evocando la danza cósmica del dios Siva, después de haber pasa- do revista a aspectos sorprendentes del sexo, a la historia de los hermanos siameses, al enigma del ombligo de Adán, a la congelación de Noé, a la curiosa historia de la Venus Hotentote o a temas de mayor trascendencia, como los que se refieren a la igualdad humana. Pero esta sucesión de divertidas viñetas tiene un hilo conductor: la teoría de la evolución.
La evolución -nos dice Stephen Jay Gould- es una de la media docena de ideas revolucionarias que la ciencia ha desarrollado para iluminar nuestro pensamiento. Tiene además, sobre otras ideas fundamentales de la ciencia, la ventaja de referirse a cosas que nos importan y fascinan, como son las que se refieren a nuestra propia genealogía: ¿cómo y cuándo aparecimos?, ¿cuáles son nuestras relaciones con otros seres vivos? La sonrisa del flamenco trata de la historia de la vida y sostiene que ésta es el producto de un pasado contin- gente, y no el resultado inevitable de unas leyes de la naturaleza. El punto de partida de estas reflexiones es un descubrimiento que puede modificar nuestra forma de entender la historia de los seres vivos en la Tierra: es muy probable que un asteroide errante o una lluvia de cometas fueran los responsables de la gran extinción del Cretácico que vio desaparecer los dinosaurios y creó las condiciones que hicieron posible la aparición del hombre, el cual no sería, por tanto, la obligada culminación del proceso evolutivo, sino un accidente histórico. De aquí que este libro, tan fascinante y, en apariencia, tan ligero, resulte ser, en última instancia, tan serio.