El repudio a la esencia del capitalismo, sigue siendo una constante activa y creciente de quienes sueñan y luchan por un mundo cualitativamente superior. En estos tiempos, tal rechazo se multiplica, en las condiciones del modelo llamado "neoliberal", "sociedad de mercado" y otros eufemismos: se muestra día a día el carácter deshumanizado de este modelo.
Las confrontaciones actuales de los pueblos con el capitalismo no se contriñen a fronteras de clase, pero no pueden resolverse en profundidad sin terminar con el dominio de clase de aquél. No se trata, sin embargo, de subestimar, sino de valorizar, toda mejora en las condiciones de vida popular, aunque no signifique en plazos palpables la superación estructural del actual modelo dominante y del capitalismo. Un camino ulterior cualitativa- mente más profundo, no está predeterminado como destino fatalmente objetivo, pero tampoco como certeza fatalmente siniestra. Depende de quienes logren la hegemonia en ese proceso: si las fuerzas partidiarias del perverso sistema actual, o las que anhelan un modo de vida de calidad humana superior. Estas fuerzas están hoy emprendiendo análisis valorativos y críticos de la historia, del presente, y del posible futuro de sus aspiraciones. Porque la realidad mostró una comprobación dolorosa: la esencia estructural de las instituciones y de los movimientos que debían encarnar la batalla de una sociedad libre y superior, era en lo fundamental opuesta a los objetivos proclamados. Y en los países donde los partidiarios de una izquierda profunda ocupaban u ocupan el poder, en su inmensa mayoría, lejos de encarnar la esencia de una democracia socialista en la perspectiva comunista, el contenido fue o es antagónico con tales objetivos: se trata de sociedades autoritarias y represivas, bajo dictaduras grupales y personales. Las sociedades del mal llamado "socialismo real" no construyeron una esencia socialista, sino una "estatocracia autoritaria", dogmática y mesiánica, negadora de aquella esencia. No naufragó, en realidad, el socialismo, sino el ensayo de concretarlo.
Las causas del fracaso hasta el presente del intento socialista estructural, así como el tipo de respuestas alternativas posibles, no pueden confinarse a un factor único, ni pueden abordarse desde disciplinas, grupos o personas aisladas. El enfoque plurisdisciplinar, teórico y práctico, necesita fundirse con la realidad viva de la sociedad, de los sueños y luchas de las gentes que la integran. En este libro se aborda sobre todo el papel jugado por el autoritarismo como fenómeno social y por las personalidades autoritarias, en el naufragio de los ensayos de izquierda. La vertiente autoritaria es enfocada desde el punto de vista preferente de la subjetividad social y personal. Es un tema que no puede enfocarse como el exclusivo causal. Pero figura entre las causas fundamentales del naufragio citado. Por lo tanto, el análisis crítico, conceptual y práctico de las tendencias autoritarias en la subjetividad, puede contribuir tanto a indagar sus causas, como a estudiar su gravitación hasta ahora negativa en los ensayos de la izquierda. La posibilidad de su superación como tendencia hegemónica, podría abrir una de las vías orientadas hacia la sociedad capaz de superar no sólo al capitalismo, sino a toda sociedad basada en la opresión social y personal.