Descripción
Freud escribía en 1908: «El juego es la ocupación favorita de los niños, la más intensa. Acaso tendríamos derecho a decir: todo niño que juega se comporta como un poeta pues se crea un mundo propio, insertando las cosas de su mundo en un nuevo orden que le agrada. Sería injusto suponer que no toma en serio ese mundo; al contrario, toma muy en serio su juego, emplea en él grandes montos de afecto. Lo opuesto al juego no es la seriedad sino la realidad efectiva».
Lo que lleva a Silvina Gamsie a sostener: «El juego no constituye una mera técnica, ni una práctica menor, aunque se practique con niños menores de edad. No se trata de una actividad de menor jerarquía que la palabra, sino del campo mismo donde se instituye el niño como sujeto». Para luego afirmar: «El deseo del analista de niños no solo sostendrá la escena lúdica sino, previa y fundamentalmente, la escena mítica de la infancia ante los padres y ante el niño, siendo precisamente a esa escena a la que el pequeño accede y a la que concurre felizmente». Y subrayar: «El niño viene a ejercer de niño, no de futuro adulto ni a recibirse de analista, ni de pequeño responsable que pueda responder de su padecimiento. Viene a que se le permita montar una escena dentro de esa otra escena que es la escena de la infancia». A través del juego se accederá a un real constituido por los puntos que ligan al sujeto infantil con esa otra escena originaria, la escena parental.