"Una fusión entre el presente y la infancia, marcando la unidad humana. El pasado es hoy y hoy vivimos el ayer, intentando inútilmente la reconciliación de las partes. Como si ahora enviásernos tropas, en la máquina del tiempo, para ganar retrospectivamente una guerra perdida hace años.

Pero hay mucho más: el niño que se prepara para su futuro en el deporte. como una espada sin fallas. La pelota, para él, contiene al mundo. Otro: una masoquista disparatada, que de tan frivola resulta una genia. También: lo existencial que se mezcla con la esencialidad politica. No faltan los estafadores que, como el Principe de las Tinieblas, roban la última gota de sangre de una pobre lombriz (persona). ¿Amores? Los hay que se terminan por el miedo. Otros que se esfuman no bien desaparece el temor que mantenia unida la pareja.

Son estos los cuentos de un gran escritor".

Alberto Laiseca

"En los relatos de Gustavo Made, el desconcierto se impone con su fuerza original. El narrador, niño o adulto, contempla extrañado un mundo indescifrable. Con minuciosidad registra el amor y la comida, la moda y los empleos, las humillantes salas de espera de los burócratas, sin encontrar un sentido. No es la primera vez en la literatura argentina que un escritor recurre al extrañamiento para significar el rechazo a una tierra que se le ha vuelto ajena. Lo que vuelve a los relatos de Gustavo Made potentes y originales, es que esta vez la mirada del narrador ilumina los escenarios y los protagonistas de este fin de siglo. Con la fuerza de la pelota que un chico hace rebotar a lo largo de todo un día contra un muro, con la desesperación y el anhelo de que narrar nos diga por fin algo y a lo mejor haga cambiar algo en la tierra que se extraña, estos relatos construyen con maestria los fatigosos escenarios eróticos o artisticos, la competencia o alianza entre los sexos, los entresijos hediondos del poder, las traiciones políticas, pero también y sobre todo, la vida menuda, la pobre gente. Literarios hasta el tuétano, estos relatos son también testimoniales, entrañablemente cercanos y a la vez distantes, golpean, seducen, conquistan al lector."

Gloria Pampillo