Esta es la historia de un joven que, desde muy temprana edad, comenzó a intuir la presencia de seres que ya no están en este plano: voces, sombras, figuras humanas, palabras y hasta olores. Al principio, eso significó desconcierto y miedo, la perplejidad frente a una experiencia para la que no tenía palabras. Pero con tiempo y entrega, Jonathan Jiménez consiguió organizar esa información que percibía, "ponerle límites" y así entablar una conversación cuando él estuviera listo y de la manera que él lo requería. A partir de un relato íntimo que aborda los primeros encuentros, su camino de aceptación y entendimiento de la mediumnidad y, más adelante, las sesiones con quienes atraviesan un duelo, el autor nos revela la misión principal de las almas y una historia de vida emotiva, honesta y también extraña. La de una persona con el don peculiar de ser médium, que lejos de inquietar al lector, le llevará consuelo, desahogo y lo guiará para seguir adelante en paz, con la certeza de que las almas no se van, están entre nosotros y el amor nunca muere.