Tomás Balzaretti era un empleado público. Trabajaba en el Registro Civil que funcionaba en el Policlínico "Eva Perón", en Granadero Baigorria, al norte de Rosario. Internas, ajustes varios, lo condenaron a la desocupación. Destino común para los habitantes de la zona sur de la provincia de Santa Fe. Balzaretti capeó el temporal como pudo. Sin embargo no olvidó lo que sabía. Desde los tiempos de la dictadura, en el centro de detención que funcionaba en la ciudad, "La Calamita", se venía denunciando la apropiación de chicos nacidos en cautiverio a través del "blanqueo" que se oficiaba por medio del juez de paz. El viejo militante peronista, apenas iniciada la década del noventa comenzó a investigar. Un viaje alucinante a pliegos oscuros de la realidad. Los que no dejan huellas e imponen el silencio a fuerza de miedo. Complicidades varias, impunidades cotidianas, extorsión a mujeres desesperadas, profesionales de doble o triple moral y controles permisivos, conforman la trama delictiva que Balzaretti denuncia en este libro. Hay documentación, cartas a funcionarios nacionales, querełlas y polémicas con miembros del gabinete provincial.
El relato no es virtuoso, pero tiene la contundencia de los hechos descubiertos. Aquellos violentan la dignidad y la ética de la sociedad que no se atreve a mirar las relaciones del poder paralelo.
Desde los años ochenta en adelante, el tráfico de bebés creció en América latina.
Un negocio que, a fines de los noventa, hasta tiene publicidad en Internet. El tráfico de bebés es una de las consecuencias de un modelo perverso, una actividad económica de alta rentabilidad que crece al amparo de la hipocresía media de una sociedad que no se atreve a enfrentar a los beneficiados por la injusticia cotidiana.
Balzaretti demuestra en este libro caliente, necesario- que en la zona sur de la provincia de Santa Fe existen estructuras que desprecian al ser humano. Leer estas páginas, entonces, resulta una tarea indispensable para quienes intenten construir una realidad mejor.