En la Escuela Serena la cultura, el arte y la pedagogía se
conjugaron para dar lugar a una experiencia pedagógica singular e innovadora,
precursora de otras iniciativas que reconocieron en ella antecedentes, pero
también heredera de búsquedas renovadoras. Experiencia resistida y a la vez
imitada, provocadora para algunos, inigualable para muchos, inspiradora para
otros. Olga y Leticia Cossettini llevaron a cabo esta experiencia entre 1935 y
1950, en una escuela pública situada en lo que, por esos años, era un barrio
periférico de la ciudad de Rosario (provincia de Santa Fe, Argentina). El río
Paraná, el paisaje y la fauna de la ribera constituyeron el marco de la tarea
educativa; intelectuales y artistas fueron sus interlocutores.