El acto analítico es lo que pulsa en este libro. Su autora no se demora en situar la responsabilidad del analista que reside allí, tanto en un análisis como en lo social.

Las instituciones psicoanalíticas son escenarios clave donde la política del acto cobra toda su dimen- sión, particularmente en los fundamentos que hacen a nuestro trabajo. De allí la tesis principal de Soler, que plantea la imposibilidad de separar política y teoría, ensamble que está en el corazón de la práctica clínica. Surge la pregunta por las condiciones del acto analíti- co, que es distinto al acto educativo, o al pasional acto político. Se parece más a un "fuego frío", algo que nos remite a su antecedente lacaniano más cercano, el deseo del analista.

El acto del decir es lo crucial -y esto vale para todos los seres hablantes, pero el acto siempre es de uno; no es colectivo, aunque sus efectos puedan verificarse en los lazos, generando movimientos en la civilización.

Estas son algunas de las coordenadas que Colette Soler elige desarrollar en este curso, dictado al calor de una crisis institucional que reconfiguró gran parte del campo psicoanalítico del momento, y que se actualiza en los interrogantes de cada coyuntura histórica.