Desde Birmania hasta Buenos Aires, La guerra moderna revela el estado de un mundo esquivo: el que escapa a las simplificaciones y los diagnósticos globales, el que rebate con su sola presencia la imagen fácil de un tiempo sin controversias profundas.

Las estaciones de este viaje cruzan el planeta de sur a norte, de este a oeste, y el resultado de esa diversidad es una superficie estallada, intensa, a veces furiosa, Aparecen, entre otras, Rio de Janeiro y el hedonismo de su Carnaval; Ceylan, como tierra prometida para los pederastas; el horror perpetuo del Museo del Holocausto en Washington o el simulacro fluorescente de Las Vegas; la Cuba de hoy, que se debate entre la honra y el amor por la revolución y un presente que tensa ese orgullo; Chile, desconcertado y dividido tras la detención Pinochet, Belgrado, cercada por los estruendos de la ciber- guerra; el Dalai Lama y la Madre Teresa, en poses que desmienten sus imágenes; la Amazonia con sus terratenientes y sus sin tierra; Berlin, en su viaje desde el comunismo hacia el primer mundo; Buenos Aires, entre sus villas miseria y los fastos de una visita principesca, sus barrios suburbanos y sus delincuentes más violentos; Nueva York, como el lugar donde todo sucede, donde todo se anuncia.

Martin Caparrós ha escrito un libro admirable que nos cuenta la historia del mundo actual. Un libro que nunca cede al exotismo ni se deja conquistar por el color local: el relato de un cronista que capta cada escena como si fuera al mismo tiempo única, irrepetible y parte de una trama que la tenía prevista. Asi, este libro es un relevamiento de los diversos frentes de la guerra moderna, la guerra de siempre: ese combate silencioso o vociferante, explicito o larvado, que libran aquellos que han sido dejados al margen de la historia.