Paul Krugman ha devuelto a la economía un toque de realismo que le estaba haciendo mucha falta. El profesor Krugman desciende del salón de clase y de las formulaciones matemáticas y empuña el lenguaje de todos los días (o casi) para librar batallas que a todos nos conciernen. La primera de todas, la guerra contra la insinceridad de los pronunciamientos oficiales, de los comunicados, las buenas intenciones y los grandes intereses. Krugman gasta apasionantes páginas de este libro separando apariencia de realidad y mostrándonos oscuros y descomunales intereses económicos y estratégicos se agazapan en campañas políticas y en programas oficiales. Se puede estar o no de acuerdo con él, se puede criticar sus fuentes, su linea de argumentación y sus conclusiones. Pero es inevitable reconocer la lucidez, brillantez y claridad de exposición con la cual hace accesible al lector los temas más dificiles. Bien sea tratando los planes armamentistas, el problema de las pensiones, las crisis de Asia o América Latina, el profesor de Princeton no escatima esfuerzos para proponer su visión de lo que es verdad y lo que es ético defender. Y lo hace con valentia, y con un soberbio conocimiento de la economia.