Todas estas instancias sometidas a consideraciones más generales
que las inscriben en un plano disciplinar más amplio, el discurso en el sentido
semiótico y en su repercusión social más allá de sus soportes, nos llevaron a
considerar las propuestas de Foucault, Benveniste, de Bourdieu que permiten
darle un sustento antropológico a los sistemas de
"intercomunicatividad".La integración es siempre una tensión entre un "saber
positivo" y una "fenomenología", es decir, entre el objeto (de
investigación) y el sujeto (investigador) que llevan a la "comprensión
positiva" del fenómeno.Pero no podemos olvidar, a fuerza de ser sinceros, que nuestro
objeto de estudio forma parte de nuestra "cotidianeidad", de nuestros
recorridos y lecturas de nuestras calles, de los parques, de las avenidas, de
los edificios, de nuestro río, de nuestro puerto y de nuestros cafés, en donde
se alojan las "subjetividades", pero esto no implica el desconocimiento
de la objetividad de la "historia a contar", sólo que nos concierne
mucho más agudamente que las barricadas del 18 Brumario.