"Reseñar íntimamente la propia narración como protagonista inherente en el estelar argumento sobre el contenido de este libro de poemas que sustancial- mente data de una década infame y como minucioso corolario supuestamente en lo innato de su génesis no sería oportuno corresponderme criteriosamente de mi parte en el soberano intento, "y no se vale y mala la mía, diría mi nieto Ciro" de ser la primera persona el ejecutor incólume de la misma por- que colisionaría sin intención de hacerlo proscribiéndome asimismo, quizás contra un manto estéril de vana vanidad y de escasa humildad o despiadado narcisismo o tal vez envuelto en un novus sudarium" desde la cabeza a los pies sin aportar nada lucrativo a la contienda personal y al mismo tiempo según la cornucopia que esté frente a mí me reflejaría un tanto pecaminoso en una versión descalificadora por jactarme ante ese desafío al "¿ser o no ser, en la conquista de la cuestión?" y de la curiosidad reprimida en un intríngulis literario o habría que esperar en un futuro mi otro libro intitulado "Frente al Espejo Empañado". Por lo tanto el quid y no obstante a esta breve dilucidación ante la propuesta de los poemas en su consustancial tema debe aceptarse a que es la imponencia de su versatilidad retórica ante los amoldables seres contra la pequeñez y el arrugado pliegue humano que los estimula en su tentativa trascendental donde un humilde y merecido escritor atrevido expone en su atrevido libro como atrevida hipótesis concluyente de que "el dúctil y cáustico sarcasmo a veces trasluce incólume una estricta verdad inobjetable aunque en sí misma en apariencia ante la vulgaridad ajena tal vez pareciese breve pero que continuaría siendo colosalmente verídica a la realidad imperante qué oprime y posiblemente sea la esencia análoga de la sencilla existencia que se halla a la deriva eclipsándose entre oscilaciones infecundas de intrincados laberintos como ominosos menesteres de extensa data coercitiva. Luego de leer esto inhalen profundo y serenos, los abrumé, disculpen. Dixi".